Gestión de conflictos
Comprender qué es un conflicto y cómo podemos actuar ante él es clave en la gestión de personas y empresas. Para ello es necesario conocer los diferentes métodos que nos ayudarán a mejorar nuestras habilidades de comunicación y negociación y por lo tanto a resolverlos.
Para empezar lo más importante es definir qué es un conflicto. Es una circunstancia en la cual dos o más personas perciben tener intereses mutuamente incompatibles, ya sea total o parcial contrapuestas y excluyentes, generando un conflicto confrontativo de permanente oposición. En el ámbito laboral, se refiere al evento que enfrenta a representantes de los trabajadores y a los empresarios.
¿Algo positivo?
Aunque pueda parecer contradictorio, un conflicto puede considerarse desde un punto de vista positivo. ¿Cómo podemos pensar en un conflicto como algo nuevo si nos produce estrés y ansiedad? Pues muy fácil, tomándolo como un desafío, una manera de lograr nuevas necesidades y objetivos. Porque un conflicto puede ser experimentado como una fuente de aprendizaje, una forma de hacer cosas de manera diferente, gestionando nuestras emociones y superando nuestras relaciones personales y con los demás.
Herramientas para la resolución de conflictos
Cuando se nos plantea un conflicto, lo más saludable es aprender a manejarlo. Pero cuando las cosas no salen como nos gustaría nos invade la tristeza, la rabia y el miedo. Estas son nuestras reacciones más habituales, pero podemos educarnos y mejorar la manera que tenemos de afrontarlas.
- Confianza en uno mismo y en los demás. La seguridad en uno mismo nos ayuda a hacer algo, esa esperanza firme que tenemos de los demás es la mejor manera de combatir el conflicto.
- Manejar las emociones. Las emociones de ambas partes son reconocidas y expresadas. Es importante identificar los pensamientos que se generan ante los problemas.
- Asertividad. Esta habilidad social nos permite expresar nuestras emociones sin agredir al interlocutor., sin levantar sus defensas. Es un estilo de comunicación muy eficaz y adecuada para cubrir las necesidades desde el respecto a uno mismo. Se trata de transmitir tu punto de vista de forma clara y limpia.
- Escucha activa o empatía: para ello es importante esforzarse para comprender al otro, poniendo atención en lo que está expresando. Es conectar con él y sus circunstancias. Escuchar activamente construye relaciones. Para conseguirlo es necesario mostrar interés, aclarar haciendo preguntas, parafrasear, reflejar y resumir. Y sobre todo es importante mirar a los ojos cuando hables, mostrándote cercano.
- Negociación: es una técnica pacífica de resolución de conflictos entre las dos partes, analizando discrepancias y buscando un acuerdo mutuo aceptable para alcanzar una solución a la controversia.
- Mediación: en este mecanismo interviene una tercera persona, mediador, o grupo que ayuda a alcanzar un acuerdo para resolver el problema.
- Arbitraje pedagógico: esta herramienta también implica una tercera persona, que decidirá la resolución que considere más justa para la resolución del conflicto.
- Respuesta creativa: se trata de cambiar problemas por posibilidades. Escoger mejor lo que se puede hacer en vez de quedarnos con lo negativo. En este sentido, los expertos hablan de dos actitudes totalmente opuestas: perfección frente a descubrimiento. Significa ver los problemas como retos. Porque en la vida no se trata de ganar o perder, sino de aprender.
La resolución de conflictos es una alternativa muy efectiva que cambia la oposición por la cooperación. Para ello se analiza, se presentan opciones y se eligen soluciones. El éxito se consigue cuando todos las partes implicadas ganan con las soluciones propuestas.