Increíbles museos submarinos
Sumergirnos en la historia y el arte… pero también en las profundidades del mar. Es la propuesta de estos museos submarinos, naturales y artificiales, localizados en distintas partes del mundo y solo aptos para los visitantes más aventureros.
Ciudad sumergida de Cleopatra, Egipto
En las costas de Alejandría, al norte de Egipto, nos encontramos un trozo de historia en el fondo del mar. Se cree que estas ruinas pertenecieron a Alejandría, la ciudad fundada en el año 331 a.C. por Alejandro el Grande y donde vivió parte de su vida la última y gran reina de Egipto, Cleopatra VII.
Además del palacio, los arqueólogos han descubierto todo tipo de piezas de uso cotidiano, como monedas y utensilios, y hasta colosales templos y estatuas de granito de los gobernantes egipcios. Muchos de sus tesoros están completamente intactos, cubiertos de sedimento que los protege del agua salada. Aunque esta ciudad egipcia no es un museo, estas ruinas inspiraron a muchos otros artistas a hacer del fondo del mar una galería de arte en otras partes del mundo.
Antigua Cesarea, en Israel
A seis metros bajo el nivel del mar nos encontraremos con las ruinas de Sebastos, el puerto hundido de Cesarea. Cuando Herodes diseñó su construcción pretendía crear en su reino (Judea) un gran puerto comercial para el tránsito de productos de lujo en el Mediterráneo. Fue el primer puerto artificial a gran escala de la historia y el más grande y moderno de todo el Imperio Romano en su tiempo. Ello antes de su triste final, ya que Sebastos comenzó a hundirse poco después de su construcción y cayó en el olvido de forma progresiva. Hoy los buzos lo rescatan de ese olvido y se deleitan con sus columnas de mármol, anclas, e incluso naufragios de la época fenicia y bizantina.
MUSA, en Cancún e Islas Mujeres
Sus más de 500 esculturas sumergidas de manera permanente lo convierten en el museo submarino de arte más atractivo del mundo. El Museo Subacuático de Arte, MUSA, nació para preservar la vida marina en los arrecifes de Cancún e Islas Mujeres. En una demostración de cómo el arte y las ciencias ambientales pueden coexistir, las piezas han sido creadas con un material especial que las convierten en arrecifes naturales y refugio de la vida marina.
El visitante puede admirar esta colección, que ocupa más de 420 metros cuadrados y pesa más de 200 toneladas, desde un barco con fondo de cristal, cara a cara buceando o desde la superficie haciendo snorkel.
Cape Tarhankut, en Rusia
Este museo surgió de una curiosa idea del buzo Vladimir Borumensky. Durante 20 años se dedicó a reunir bustos y estatuas dañadas de los viejos líderes comunistas que fueron retiradas tras la final de la Unión Soviética. ¿El resultado? El bautizado como el “Callejón de los líderes”. Ubicado en Crimea, en la costa septentrional del Mar Negro, 50 esculturas bajo el mar nos recuerdan una parte de la historia rusa, entre otras obras que ha ido sumando a la colección, las figuras de Lenin, Stalin o Marx.
Shipwreck Trail, en Estados Unidos
En las aguas poco profundas de la Florida Keys National Marine Sanctuary, en Florida, descansan cerca de una docena de barcos hundidos. Cada uno de ellos es un testimonio sumergido de más de tres siglos de historia marina y nos hablan también de la fuerte vinculación del estado de Florida con el mar. Los buceadores muy pronto se sienten parte de esta historia y de este recorrido de un museo que les pide respeto al mar con un mensaje claro dirigido a ellos: “solo haz fotos, solo deja burbujas”.