Los mejores atardeceres de España
Son el colofón a un gran día o el presagio de lo que aún está por llegar. Atardeceres hay muchos, pero estos son especiales por la belleza de la naturaleza que nos cautiva. ¡Disfrútalos solo o en compañía!
Cabo Finisterre, A Coruña
Podemos imaginar cómo era un atardecer en el fin del mundo conocido de la Antigüedad. Un lugar mágico y misterioso, donde abundan las leyendas. Un lugar donde seguir la costumbre más arraigada: subir al faro del Cabo a contemplar la maravillosa puesta de sol. A 143 metros sobre el nivel del mar, la panorámica de los acantilados es impresionante, así como las del sol fundiéndose en las bravas aguas del Atlántico.
La Alhambra, Granada
Subir al Mirador de San Nicolás, en la parte alta del Albaicín, para ver esconderse el sol es una visita obligada. Los muros rojizos de la Alhambra cobran vida con los últimos rayos de sol y la balconada del mirador se convierte en punto de encuentro para los viajeros que no quieren perderse cómo estos monumentos históricos únicos, desde lo alto de la colina de al-Sabika, se rinden a la luz del ocaso.
Las Médulas, León
Fue la mayor mina de oro a cielo abierto de todo el Imperio romano y, siglos después, es uno de los paisajes más inquietantes y hermosos de nuestro país. Sus montañas rojizas, tapizadas por un bosque de castaños, parecen incendiar el paisaje con los últimos rayos del sol. Sin duda, un destino poco visitado y muy recomendable.
Ronda, Málaga
Hay dos atardeceres en uno en este precioso municipio malagueño. Quizás el más impactante sea desde arriba, disfrutando de las vistas del Tajo y del sol escondiéndose en el horizonte. Sin desmerecer, la llegada de la noche vista desde abajo no tiene nada que envidiarle, pues podemos comprobar cómo se encienden cientos de lucecitas del casco viejo y el puente.
Cala d’Hort, Ibiza
¿Una puesta de sol con el Mediterráneo a tus pies? Cala d’Hort es un sitio donde uno no se cansa nunca de volver, con encanto en cualquier momento del día, desde el amanecer hasta la vida nocturna. Contemplar el ocaso con la isla de Es Vedrá enfrente es un privilegio. Se trata de un islote de roca que emerge de las aguas y que fue un lugar de culto y adoración para los primeros pobladores de las islas Baleares.
Templo de Debot, Madrid
Quizás sea uno de los atardeceres más espectaculares de la capital. Se disfruta admirando además el templo original del sur de Egipto, en la baja Nubia, que tuvo que trasladarse al crearse la gran presa de Asuán, obra que ponía en peligro muchos de estos monumentos ancestrales. La atmósfera que lo rodea nos hace viajar a otra cultura y otro tiempo.
Parque Natural de la Albufera, Valencia
Los árabes la denominaban “espejo del sol”, quizás porque es inigualable la vista del mismo reflejado en el lago más grande de España. Nada mejor que un tranquilo paseo en barca para disfrutar de su rica flora y fauna, contemplando las tonalidades rojizas y doradas de la puesta de sol sobre las aguas.