¿Qué es el employer branding?
Nadie lo duda: la marca es fundamental para enamorar a los clientes y lograr su confianza. Pero también lo es para atraer y fidelizar el talento en nuestra empresa, tenga esta el tamaño que tenga.
Google, LinkedIn, Facebook, HubSpot, Nestlé… son empresas que inmediatamente se nos vienen a la cabeza cuando pensamos en los mejores lugares para trabajar. ¿Por qué? Sus propios empleados valoran ventajas como el buen clima laboral, la conciliación con la vida familiar, el compañerismo, el desarrollo profesional o la motivación. Estas empresas en sí mismas se han convertido en una “marca de empleador”. Pero ¿qué significa?
Si el branding lo podemos definir como el proceso de construcción de una marca, donde mostramos todas las cualidades de nuestra empresa para conseguir que el cliente se sienta identificado con nuestra visión y valores, nos elija y nos diferencie, muy ligado a lo anterior el employer branding supone utilizar una mezcla de disciplinas, como el marketing, los recursos humanos y la comunicación, en la construcción de una marca o imagen de empresa que sea percibida como “un gran lugar para trabajar” o un “buen empleador”.
Atraer y retener el talento
¿Cuál es el principal objetivo del employer branding? Atraer, reclutar y retener el talento de nuestra empresa. Se aplica de modo interno y externo, dirigido tanto a los empleados actuales como a los potenciales, y busca reforzar el compromiso de estos al sentirse parte de la organización, convirtiéndose así en los mejores embajadores de nuestra marca.
¿Cuál es su origen? Si bien el término aparece por primera vez en 1990 y es definido por Simon Barrow y Tim Amber en Journal on Brand Management en diciembre de 1996, tuvo su auge alrededor del año 2008. Con la crisis económica, la necesidad de una marca de empleador despuntó con el objetivo de ser capaces de que el talento no se viera diezmado con los recortes. Unido a ello, asistimos a la necesidad de atraer a candidatos cada vez más informados y críticos, y donde la presencia en redes sociales se ha vuelto vital.
Salario monetario y emocional
La estrategia de employer branding toma en cuenta las nuevas formas de compensación que el trabajo reporta a esos nuevos perfiles de empleados. Así, además del salario a final de mes, las nuevas generaciones aprecian cada vez más la satisfacción de las necesidades emocionales.
Pero ¿cuáles son esas condiciones básicas para satisfacer a sus colaboradores? Según la Teoría de las 4 C’s del Salario Emocional, son las siguientes: condiciones suficientes para trabajar a gusto, condiciones ambientales para el ambiente de trabajo, compañerismo en las relaciones laborales y conciliación de trabajo y familia.
Unos buenos cimientos
Para poner en marcha una estrategia de employer branding debemos tener en consideración algunas fases imprescindibles:
- ¿A quién nos dirigimos? Identificar claramente nuestro público objetivo. Los empleados deben constituir el centro de enfoque de nuestra estrategia interna; además pueden convertirse en los mejores portavoces de nuestra marca hacia afuera.
- Análisis de la situación actual y la deseada: cómo nos ve nuestro público objetivo y qué cambios o mejoras vamos a hacer para construir nuestra marca empleadora.
- Definir un plan de acción con objetivos y plazos concretos que respondan a la siguiente pregunta: ¿por qué es mejor trabajar en nuestra empresa y no en la competencia?
- Comunicar: utilizaremos los canales donde nuestro público está presente. En este sentido, las redes sociales ganan especial relevancia.
- Debemos medir su impacto y evaluar nuestras acciones de forma continua para mejorarlas.