Reskilling y upskilling: cerrando la brecha tecnológica
La digitalización de las empresas ya no es una opción, sino una necesidad. Y el éxito frente al cambio tecnológico depende de la capacidad de su equipo para adquirir las habilidades necesarias.
Cerrar la brecha tecnológica es quizás el mayor reto al que se enfrentan las empresas de hoy. Su futuro y su competitividad están en juego. Para afrontar este reto con éxito es necesario talento, es decir, personas con las habilidades necesarias para seguir desarrollando su trabajo en ese nuevo entorno.
En cifras, en 2022 las denominadas “profesiones emergentes” supondrán el 27 % del empleo mundial, más del doble de lo que representan hoy, y el 54 % de los empleados necesitarán actualizar o recapacitar sus conocimientos, según el informe Future of Jobs Report 2018 del World Economic Forum. Además, aproximadamente 75 millones de empleos corren el riesgo de desaparecer, a la vez que surgirán 133 millones de nuevos trabajos como consecuencia de la adopción de nuevas tecnologías y otros cambios en el entorno socioeconómico.
La estrategia para encontrar el talento con las habilidades necesarias puede ser buscarlo fuera de la casa o, como es el caso de muchas organizaciones, capacitar a sus trabajadores para desarrollar ese talento de manera interna. Aquí el reskilling y upskilling adquieren todo su sentido.
Reskilling, reciclaje profesional
La formación interna de la plantilla en nuevas competencias tecnológicas permite reciclar profesionalmente a los trabajadores. Es lo que se llama reskilling. De esta forma, les daremos las herramientas para que sean capaces de desempeñar los nuevos roles que necesita la empresa, fruto de este cambio tecnológico.
El reskilling supone mucho más que una capacitación, es una apuesta por la estabilidad laboral de la plantilla, por aumentar su motivación, vencer su resistencia al cambio y evitar la fuga de talento.
Es evidente que elaborar un plan de formación interna y llevarlo a la práctica requiere una inversión importante. Sin embargo, el coste de no hacerlo es mucho mayor, en forma de despidos y reputación. A ello hay que sumar los beneficios en optimización de equipos y de procesos. En concreto, el Foro Económico Mundial estima que el gasto que supondría capacitar tecnológicamente a un empleado es un 25 % inferior a los beneficios que generaría.
Upskilling, capacitación adicional
Si el reskilling se centra en el reciclaje laboral para que el trabajador sea capaz de ocupar otro puesto de trabajo, el upskilling implica formarle en otras materias que le permitan desempeñar las tareas de su puesto de trabajo de forma más efectiva.
Se trata de conseguir una transición tecnológica inclusiva, reforzando los conocimientos y habilidades necesarias para los trabajadores con puestos de trabajo con mayores probabilidades de ser afectados por la tecnología.
El upskilling es, en definitiva, una oportunidad de seguir aprendiendo y motivando a nuestro equipo de trabajo, a la vez que nos preparamos para los nuevos retos que debe afrontar nuestra empresa.