“Saldremos mucho más reforzados de estos momentos”, Antonio García, CEO y fundador de Grupo Azeta
¿Cómo definirías al Grupo Azeta?
Somos una consultora tecnológica que llevamos más de 30 años ofreciendo al mercado soluciones de gestión empresarial. Nuestros campos de conocimiento abarcan desde la implantación de ERP y CRM, soluciones que llamamos 360º, tales como industria 4.0, TPV, tesorería, gestión documental, herramientas de productividad, así como soluciones de experiencia de usuario como el desarrollo de frontend, APP, etc. Hoy en día más de 1.000 clientes confían en nuestras soluciones.
¿Qué os diferencia? ¿Cuáles son vuestras fortalezas?
Creo que algunas de nuestras fortalezas son haber aprendido de nuestros clientes y de sus negocios, aprender a escucharlos para entender bien, no solo lo que ellos nos dicen que necesitan, sino también ayudarles a mejorar sus procesos de negocio con nuestro conocimiento y experiencia. Hemos formado un porfolio de soluciones escuchando a nuestros clientes y pensando en ellos.
También es una de nuestras fortalezas haber apostado por socios como Sage, que nos acompañan, nos ayudan, nos dan su visión de mercado desde un punto de vista de multinacional, pero, sobre todo, saben estar con nosotros y con nuestros clientes en momentos tan delicados como los actuales.
¿Cómo ha afectado la crisis del coronavirus a vuestro negocio? ¿Cómo os habéis adaptado?
Evidentemente, un suceso inesperado y de tan considerables proporciones tiene un impacto excepcional en el negocio, y no tanto en los resultados económicos como en otros aspectos que son tanto o más importantes, en mi opinión, como los aspectos emocionales y de organización de equipos. Si no controlamos estos, los resultados se ven comprometidos.
Desde un primer momento tuvimos muy claro que, en esta situación, lo prioritario era velar por la salud de nuestros colaboradores y clientes. Por ello, desde los primeros momentos y antes de ser obligatorio el confinamiento, tomamos la medida de dejar las oficinas, teletrabajar y atender a nuestros clientes de forma remota. Esto fue para nosotros un proceso poco traumático, ya que mucho antes de esta situación, disponíamos de la tecnología y la cultura de trabajo remoto por las propias características de nuestro negocio. Todos nuestros elementos de infraestructura críticos se encuentran externalizados y no dependemos de localizaciones físicas para poder atender a nuestros clientes. Conformamos un comité de crisis ya desde la primera semana, que pudiese traer a la mesa las inquietudes de todos los trabajadores, y del que surgieron buenas ideas que nos han permitido estar muy unidos durante este periodo y muy cerca de nuestros clientes, con iniciativas como la formación gratuita.
Creo que, a nivel de equipo, saldremos mucho más reforzados, porque hemos sido capaces de seguir realizando todas nuestras actividades sin pérdida de calidad de servicio a nuestros clientes, y esto, la verdad, es algo para sentirnos realmente orgullosos.
¿Qué lecciones crees que deberíamos aprender de este momento excepcional?
A nivel empresarial, creo que muchísimas, y es verdaderamente una pena que este tipo de situaciones sean las que de verdad marcan cambios sustanciales. Si tengo que elegir, me quedaría con estas:
- Los negocios con una base tecnológica alta (cultura y procesos) en general han sufrido mucho menor impacto. Esto debería darnos algunas pistas de cuál es el modelo económico al que nuestro país debería dirigirse.
- Tenemos un amplio margen de mejora en eficiencia en las empresas si somos capaces de incorporar la tecnología de forma natural, es decir, sin descuidar la parte humana de los negocios.
- Hemos de intentar pensar en que nuestros negocios sean lo más adaptables posibles para poder realizar cambios rápidos y poco traumáticos. Todos hemos observado ejemplos de industrias que se han transformado en semanas y que, gracias a esa adaptación, han podido mantener su actividad.
- Las empresas que cuidan el valor del dato (ERP/CRM) han podido reaccionar mucho más rápido, para tomar decisiones de negocio muy complejas, que les van a permitir sobrevivir y salir de esta crisis antes que a su competencia.
Hay que resaltar algo muy importante que como sociedad debemos aprender y que no veo que se le esté dando la importancia que se merece: debemos aprender a relacionarnos en los nuevos entornos digitales. No se trata de utilizar bien la herramienta de turno para tener reuniones virtuales, sino de adaptar cómo nos dirigimos a nuestros clientes, cómo se forman nuestros hijos; no vale aplicar modelos presenciales a modelos online, no funciona, y esto sin duda afecta también al estado de ánimo de las personas. Toca adaptarse a una nueva realidad, pero con criterio y orden… Me preocupa mucho este tema.
Respecto a las pequeñas y medianas empresas, ¿cómo crees que les ha afectado esta crisis y cómo han cambiado sus perspectivas?
Creo que una de las grandes ventajas que tenemos en Azeta es la oportunidad de tener más de 1.000 clientes, en múltiples sectores, de diferentes tamaños y ubicados en todo el país. Esto creo que nos da una medida de la temperatura empresarial muy cercana y muy clara.
Al final, en una crisis transversal, todo el tejido empresarial, que está interconectado, va a sentir el impacto en mayor o menor medida. Nosotros notamos un elevado nivel de incertidumbre actualmente, como es lógico en una situación en la que la población todavía no tiene una respuesta clara al problema médico. Las empresas, igual que las personas, estamos empezando a adaptarnos en respuesta al impacto recibido.
Dentro de la complejidad de la situación, somos bastante optimistas y creemos que, si el avance médico es el deseado y las diferentes ayudas del Ejecutivo son empleadas con criterio, podemos pensar en una recuperación económica en un tiempo menor y con unas consecuencias más controladas. A pesar de ello, es obvio que todas las empresas estamos reajustando nuestros planes tanto para este ejercicio como para 2021.
La parte positiva es que creemos que las empresas que superen este obstáculo van a salir bastante reforzadas en muchos ámbitos, y conseguirán niveles de resiliencia mayores y mejoras en la competitividad evidentes.
Recientemente os habéis sumado también como Partner de Sage XRT. ¿Cuáles crees que son las fortalezas de esta solución de Sage frente a otras opciones del mercado y qué expectativas tenéis?
Para hablar de Sage XRT solamente hay que dar un vistazo a los clientes que hoy confían en esta solución en nuestro país y en todo el mundo. A nivel tecnológico, es una solución que combina la alta especialización, con toda la suite de herramientas que un responsable de tesorería puede necesitar, y la máxima estandarización, lo que aporta al producto una gran seguridad, entendida como alta estabilidad de la propia aplicación y también en cuanto al alcance y duración de los proyectos y al soporte que estos precisan.
A nivel de negocio, es ideal para nosotros porque nos permite justificar claramente el retorno de su inversión en nuestros clientes y enriquecer nuestros proyectos de Sage X3 con una solución de una solvencia comprobada. El nivel de satisfacción de los clientes que operan a diario con Sage XRT es muy elevado.
Tenemos una apuesta clara con Sage XRT y creemos que hay mucho recorrido en nuestro mercado para este tipo de soluciones de alto valor y bajo riesgo para los clientes.
Respecto a Sage XRT, ¿qué importancia adquiere el control de tesorería en tiempos postcoronavirus?
Como se suele decir, en tiempo de crisis el efectivo es el “rey”. En una situación en la que los flujos normales de negocio se han visto alterados, es imprescindible contar con un plan claro de tesorería, que abarque la actividad de la empresa extremo a extremo. Es el momento en el que mayor cuidado de nuestros flujos de efectivo debemos tener, asegurándonos de que los ciclos de financiación, de cobros y de pagos son sólidos; de que los costes variables y las inversiones están controlados. En este sentido, se hacen vitales herramientas como Sage XRT, que nos permiten saber exactamente cuál es nuestra posición actual, cuáles son nuestras previsiones, y nos permiten que nos anticipemos y tomar decisiones racionales con la máxima información.
¿Ha cambiado vuestra hoja de ruta con esta crisis? ¿Cuáles son las expectativas para el futuro del Grupo Azeta?
La verdad es que este año afrontamos muchos retos: como sabéis el pasado mes de diciembre nos integramos en Verne Group y estamos construyendo un proyecto muy ambicioso que se está consolidando, del que pronto tendréis noticias de su alcance y en el que Sage va a jugar un papel importante.
El coronavirus nos ha impactado en todo este proceso, más allá del impacto menor o mayor en el negocio, nos ha cambiado la hoja de ruta en cuanto a los tiempos, no así la estrategia a seguir. Vamos a seguir incorporando compañías a nuestro proyecto de manera estratégica, no crecer por crecer, sino compañías referentes por su conocimiento en determinadas tecnologías que queremos ofrecer al mercado. En 2021 vamos a incorporar a nuestra división de negocio en el proceso de internacionalización del Grupo, en los países donde ya estamos presentes y en otros que estamos valorando. En septiembre espero poder contaros muchas más cosas en las que estamos trabajando.