¿Cómo serán las oficinas del futuro?

El espacio ya es considerado un factor clave, junto con la gestión de procesos, tecnologías y personas, para favorecer un liderazgo participativo, potenciar la creatividad y el trabajo en equipo.

La forma en que trabajamos está cambiando. Pero ¿los espacios donde lo hacemos han evolucionado al mismo ritmo? La respuesta parece ser “no”. Sin embargo, algunas compañías de vanguardia ya están marcando tendencia en este sentido, diseñando edificios que reflejen los valores corporativos y sean acordes con las nuevas formas de trabajo.

 

Sin puesto fijo

Los estilos de liderazgo están cambiando, así como la gestión de los equipos. La jerarquía ha dejado paso a la colaboración abierta. Esto se refleja en las grandes compañías, como Campus Repsol en Madrid, en oficinas sin puestos fijos personales, amplios espacios, con poca presencia ya de cubículos, paredes de cristal transparente, salas de reuniones disponibles para todos, etc. Todo ello en aras de facilitar y potenciar la interacción, así como el conocimiento compartido.

Además, la iluminación desarrolla la creatividad. Por ello, en los nuevos espacios laborales no puede faltar la luz solar. También las plantas ayudan a disminuir el estrés y a generar sensación de bienestar.

Oficina móvil

El concepto va incluso más allá de no tener puestos fijos: es crear oficinas móviles. La revolución tecnológica permite trabajar no solo desde cualquier sitio de la propia compañía, como cafeterías, terrazas o patios, sino desde cualquier punto en comunicación permanente con su central.

La tecnología permite controlar parámetros ambientales, como la temperatura, el flujo de aire o la iluminación, desde una pantalla táctil. Trasladado a la gestión del trabajo, las aplicaciones permiten indicar por colores si los compañeros de trabajo se encuentran ocupados o fuera de la oficina, gestionar las salas desde cualquier punto, participar en las reuniones de forma telemática o incluso proyectar en cualquier superficie, como una pared, la información del ordenador, entre muchos otros adelantos.

Espacios comunes

Comodidad, comodidad, comodidad. Propiciar que las personas se sientan a gusto en su trabajo, es decir, el confort físico y mental, aumenta la productividad. Bajo esta máxima muchas compañías han incorporado el ocio o el deporte en sus oficinas. El paradigma es, sin duda, Google y sus espacios dinámicos, alegres, coloristas y divertidos, donde desconectar y desbloquear la mente. Desde mesas de billar o ping pong a canastas para practicar unos mates o grandes toboganes interiores. Espacios que propician la creatividad a borbotones.

Sin llegar a este extremo, muchas compañías, como Telefónica, han diseñado sus sedes como pequeñas ciudades, con gimnasio, guardería, tiendas de regalos o una tintorería, sucursales bancarias, etc.

No existe una oficina ideal, sino que cada empresa debe crear sus espacios intentando que estos reflejen su cultura corporativa. Por otra parte, pensar que un espacio revolucionará la forma de trabajar es una utopía, ya que el espacio es una herramienta más, e importante, pero el cambio tiene que ser cultural.