Cascadas y saltos que no te puedes perder esta primavera
En esta época, la lluvia y el deshielo nos regalan unos escenarios naturales que vale la pena descubrir. Estas son solo diez de las postales con las que el agua nos deleita a lo largo y ancho del territorio nacional.
Salto del Nervión, Álava
Un lugar mágico situado entre las provincias de Álava, Burgos y Vizcaya, en medio de increíbles hayedos. Tiene el honor de ser la cascada o salto de agua con más altitud de toda la Península: más de 300 metros de caída libre, con una peculiar forma de cola de caballo, que atrae a miles de montañeros y turistas durante todo el año. Desde el Mirador del Nervión, construido en las inmediaciones del puerto de Orduña, disfrutarás de las mejores vistas.
Cascada del Xiblu, Asturias
Esta sencilla ruta en plena Cordillera cantábrica, en el Concejo de Teverga y dentro del Parque Natural de Las Ubiñas, termina con el mejor colofón: el Xiblu, un conjunto de tres cascadas que suman 100 metros de caída de extraordinaria belleza. Es un sendero rodeado por impresionantes bosques de acebos, robles y hayas que vale la pena hacer todo el año, pero en especial en primavera, con el deshielo.
Cola de Caballo, Huesca
En el Parque Nacional de Ordesa y Monte perdido, el río Arazas en su recorrido nos deleita con numerosos saltos de agua en forma escalonada. Al final, nos encontraremos con la cascada Soeso, a unos 1.850 metros de altitud, más conocida como Cola de Caballo, justamente por la forma que tiene su caída, blanca en forma de abanico.
Pozo de los Humos, Salamanca
En los Arribes del Duero, en la provincia de Salamanca, nos encontramos esta espectacular cascada natural conocida como Pozo de los Humos. El agua del río Uses, afluente del Duero, salva un desnivel de más de 50 metros y forma este precioso salto gracias a la verticalidad y a la altura de las paredes de roca. Te dejará sin aliento.
Cola de Caballo del Monasterio de Piedra, Zaragoza
En medio de una especie de desierto, surge como un oasis este parque natural con bosques, lagos, cuevas y cascadas. Entre este espejismo, vemos la cascada Cola de caballo, con más de 50 metros de caída y, oculta tras la espuma que genera, la Cueva. Imprescindible: acceder al interior de la Gruta Iris, desde donde tendrás las mejores vistas de esta cascada.
Cascada del Purgatorio, Madrid
Rascafría, en la Sierra Norte de Madrid, nos ofrece miles de rutas de senderismo para disfrutar de la naturaleza a pocos kilómetros de la capital. Entre ellas, la que discurre por la ribera del arroyo del Aguilón, entre pozas naturales, hasta llegar a los dos saltos de agua que forman la Cascada del Purgatorio. Más de 10 metros de caída de agua en medio de un paraje único rodeado de pinos, sauces y avellanos.
Cascada del Aljibe, Guadalajara
En plena sierra de Ayllón, en la provincia de Guadalajara, el arroyo del Soto (afluente del río Jarama) forma dos pozas naturales de extraordinaria belleza. Este salto de agua, formado por dos cascadas, entre las dos pilas de agua en forma de aljibe, es uno de los más bonitos de Castilla-La Mancha. Y todo ello enriquecido con los pueblos de la arquitectura negra del entorno.
Chorros del río Mundo, Albacete
Los Chorros es uno de los paisajes naturales más espectaculares de la Sierra del Segura. Es el lugar donde nace el río Mundo, una cueva ubicada en una gran roca desde donde cae 80 metros la cascada. En primavera se produce el fenómeno conocido como el “Reventón”, una explosión de agua que no te puedes perder.
Cascada de Cimbarra, Jaén
Muy cerca de la localidad de Aldeaquemada, entre las provincia de Jaén y Ciudad Real, el Paraje Natural Cascada de la Cimbarra nos ofrece un paisaje abrupto, un desfiladero tallado en piedra donde se encaja el río Guarrizas (palabra árabe que significa río estrecho). Se forma así una sucesión de cascadas, donde la Cimbarra (nombre que dan los lugareños a los saltos de agua) es la más bella de todas.
Cascada de Colores, La Palma
Por el Parque Nacional de la Caldera de Taburiente serpentea el único río de Canarias. El naciente da forma a una Cascada de Colores que muy pocos conocen. Hablamos de la original, ya que está enclavada en un barranco muy estrecho y de difícil acceso. Por suerte, sí podemos admirar la cascada “oficial” del mismo nombre, que es un salto de agua seminatural ubicado en un recodo del barranco de Rivanceras, donde el muro de colores verdes, amarillos y naranjas (fruto del hierro) da vida a un auténtico espectáculo.