La credibilidad como base del liderazgo
El liderazgo no se impone, se gana. No es un cargo, sino una percepción de quienes nos ven como líderes. En la base de la construcción de todo liderazgo encontramos la credibilidad.
¿Qué es la credibilidad? No es fácil definirla sin ser redundantes, porque es una característica de determinadas cosas o personas que hacen que sean creíbles. Cuando decimos que una persona es creíble significa que nos inspira confianza, y eso, a su vez, está estrechamente relacionado con la capacidad que tenga de convencer a otros.
En la credibilidad subsiste una presunción de verdad. Hay credibilidad cuando alguien durante el curso de su vida tiene como norma decir la verdad y actuar correctamente. Evidentemente es imposible actuar siempre de esta forma, pero no por eso uno pierde su credibilidad. Eso nos lleva a una premisa importante para el liderazgo: la credibilidad se puede construir y trabajar.
Credibilidad y liderazgo
La credibilidad en el liderazgo es fundamental, y no es algo que se pueda imponer, comprar o sea inherente al cargo. Es una característica o percepción que la plantilla o nuestro equipo ve o no ve en nosotros. Ellos son quienes nos etiquetan o no como líderes creíbles. Y esa credibilidad va de la mano de la confianza que generamos en los demás.
Los datos nos dicen que es una cualidad muy estimada, pero poco generalizada. Según el reciente informe 2019 Edelman Trust Barometer, el índice de confianza de España en las instituciones es el tercero más bajo del mundo, tan solo por delante de Japón y Rusia. Y esa pérdida de confianza se produce en las cuatro instituciones analizadas: los gobiernos, los medios de comunicación, las ONG y las empresas, aunque las dos últimas mantienen mayor nivel de confianza.
La cara buena de la noticia es que el empleador es la figura en la que más confían los españoles, el 64 %. Pero solo el 55 % de los empleados consideran que su empleador es una fuente fiable de información sobre temas sociales e internos, un porcentaje sobre el que los líderes pueden trabajar para mejorar.
¿Cómo mejorar la credibilidad?
La credibilidad se consigue tras un proceso de muy largo recorrido y mantenido en el tiempo. Todos lo sabemos: se tarda muchos años en construir una buena reputación y esta se puede perder en un minuto.
Victor Lipman recoge en un artículo publicado en Forbes cinco consejos para reforzar la credibilidad en el liderazgo:
- Consigue buenos resultados: puede parecer obvio, pero sin resultados no hay credibilidad. Nuestro trabajo no es más que un esfuerzo orientado a los resultados, sea cual sea tu nivel, desde el supervisor de línea hasta el CEO.
- Sé transparente: no serlo implica menospreciar la capacidad del empelado para comprender lo que sucede. No puedes ignorar dos cosas fundamentales: muchos empleados son tan inteligentes como sus gerentes y pasan mucho tiempo observando de cerca su trabajo. La transparencia importa y tienes que ser sincero con la gente si quieres ganarte su confianza.
- Afronta las decisiones difíciles: en toda carrera directiva tendrás que enfrentarte inevitablemente a decisiones difíciles. Si asumes la responsabilidad y plantas cara a la situación, será una oportunidad para aumentar tu credibilidad en el liderazgo.
- Sé consistente en tu comportamiento: en un mundo en contante cambio y plagado de imprevistos e incongruencias, los empleados valoran un comportamiento consistente en sus superiores, eso genera seguridad y confianza. Conseguirás todo lo contrario si tu comportamiento es imprevisible y variable.
- Predica con el ejemplo: haz que lo que dices concuerde con lo que haces. Tu coherencia será muy valorada y hará que los demás te sigan.