¿Audiolibro o libro en papel? 

No tenemos por qué elegir: hay un momento para cada uno de estos formatos. Los audiolibros nos ofrecen otra manera de acercarnos a la literatura y los libros físicos nos proporcionan ese momento de relax para aprender y descubrir nuevas historias.

Ambas opciones tienen sus amantes apasionados y sus férreos detractores. Te explicamos los pros y los contras de cada uno.

 

Tradición vs. tecnología

Siempre que surge un nuevo formato, se crea un debate sobre cuál es el mejor, pero la realidad es que cada uno cuenta con características que lo hacen destacar por encima de sus contrapartes.

  • Con los audiolibros se puede “leer” mientras realizamos otras actividades, algo casi imposible cuando leemos textos impresos.
  • Los libros físicos implican una mayor concentración en el contenido leído. Se ha detectado que con los audiolibros es posible tener pérdidas de concentración al distraernos con otros sonidos o actividades.
  • Los audiolibros son una magnífica alternativa para personas que no saben leer, con problemas visuales o de aprendizaje, ya que estas pueden acceder a infinidad de contenido.
  • En un libro de papel, para retomar la historia tan solo tenemos que buscar la página en la cual quedamos. Sin embargo, con el audiolibro dependemos de la batería de nuestro dispositivo o en ocasiones de la conexión a internet.
  • Una gran ventaja de los audiolibros es que puedes acceder a miles de títulos sin tener que cargar con ellos cuando sales de viaje ni disponer de una enorme librería en casa.
  • Sin duda, si quieres adquirir ediciones especiales o libros poco comunes, la mejor opción son las ediciones tradicionales.
  • Aunque cada vez más se están narrando títulos para crear audiolibros, es más sencillo encontrar determinados títulos en formato tradicional.
  • Varios estudios recientes indican que los audiolibros mejoran la comprensión lectora un 76 % y la combinación de texto y audio mejora la memoria un 40 %.
  • Es importante no abusar de las horas que vas a estar escuchando y optar por un volumen adecuado. Conviene aplicar la regla del 60-60: no superar el 60 % del volumen puesto al máximo ni 60 minutos con los auriculares en los oídos.
  • Con los audiolibros se ahorra una gran cantidad de papel, lo cual evita la tala de árboles, además del proceso químico que implica tratar la celulosa para finalmente obtener el papel.
  • El uso de audiolibros para niños en sus rutinas diarias puede ser muy interesante gracias a la facilidad con la que estos pueden procesar y aprender la información escuchada. Sin embargo, a veces cuesta que incorporen la rutina de leer un libro impreso.